jim morrison

Jim morrison.

El rey Lagarto solía deslizarse por mi ventana hace muchos años. Cuando despareció yo no había nacido, así que tuvo que ser su espíritu el que se empeñaba en gritarme al oido que yo tenía un destino. A veces creo que aquello sucedió en otra vida, que morí hace demasiado tiempo, y en esta otra existencia, distinta, intensa de otro modo, recuerdo lo sucedido entonces. Creo que en aquella época me sentía poseido por este hombre; vestía botas camperas, cinturones de cuero, camisas negras y los cabellos se me rizaban por debajo de los hombros. Mi sueño era ser estrella del rock, y el camino más anhelado fue aquel que rezaba morir joven, guapo y con un bonito cadáver.

 

En esta otra vida sigo con los Doors. Se dedican sin avisar a colarse por mi radio, por los bafles de la cadena y pretenden dinamitar lo que parece estable, lo que guarda un cierto equilibrio. Los rostros lejanos se cruzan en el camino y entonces vuelve a latir en mi corazón esa pulsión del abismo, y anhelo engullir un litro de bourbon, abrazar a mi Pam en la locura de la música y entonar después, a solas, This the end, my only friend, the End. Cosas de mitos. Algo de melancolía que no encoge el alma sino que la alimenta. Porque entonces me rondaban las musas y los sueños parecían al alcance de la mano. Recuerdo creer en un futuro que, pese a concluir pronto, se me antojaba lleno de todos los deseos que pretendía. Era la pulsión del lagarto, retorcido bicho, la santa ebriedad del exceso, el pequeño suicidio de lo improbable. Así fue como un buen día me desmayé y alguien dijo que ya habia muerto. Tuve que hacerme otro traje a medida, aprender a andar, a mirar al mundo, y para entonces, Jim había desaparecido. Los fantasmas fueron llegando más tarde pero nunca más me sentí poseído por completo. Ahora disfruto con el eco súbito que se instala de vez en cuando en mi devenir, y los pocos que quedamos de entonces aún enmudecemos solemnes cuando los Doors nos avecinan catástrofes. Entonces las princesas acuden y me crece la melena, el amanecer acontece tras la noche en vela y algo de aquella fuerza que perdimos se empeña en agolparse con las primeras luces del alba. Sigo vivo de milagro. Sigo muerto desde entonces , pero consciente.

 

Jim Morrison nació el 8 de diciembre del año 1943. Quiso ser poeta y terminó convirtiéndose en un de los iconos del siglo XX. Murió el 3 de Julio de 1971 (no se sabe con certeza) en París de un paro cardíaco.

THE DOORS (discografía)


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