Vuelta al tiempo perdido, al son de neón y al canto de los motores, a los zumbidos infinitos y al triste rumor posible, a la ausencia de esplendor, al anochecer sin estrellas, al aire de dióxido y a las luces de colores, a la risa falsa, al estruendo interminable.
Vuelta al tiempo perdido, a sucumbir de hastío entre inútiles papeles, a sentir la aspereza de la ausencia como paso, a perder el aliento de los mitos, la meseta abierta, tan lejos, donde estuvimos completamente vivos.
Vuelta al tiempo perdido, a buscar las cartografías esporádicas y los caminos sin rumbo, a otear entre la niebla y a seguir las huellas con los dientes apretados, hasta que los besos helados (la punta de todos los labios) nos despierten los ecos de lo que está tan cerca: que no es tiempo perdido, que es la verdad de todos los hombres y todos sus tiempos.
Versos del recuerdo, mirada hacia el pasado en el tiempo, pero con esperanza, sin sentiiento de pérdida. Un excelente poema cargado de fuerza evocadora. Enhorabuena por crearlo.
Si una vez se estuvo completamente vivo, qué importa si hay que volver al tiempo perdido. Hay precios que se pagan muy altos… y se pagan con una sonrisa.
Alfaro, creo que lo bueno de la poesía es que los símbolos son de todos. Los tuyos son tuyos, pero me sirven a mí, aunque a veces yo no pueda verlos con el mismo sentido que tú les das. Lo importante es que tus imágenes se hagan mías, a pesar de que a veces les de una interpretación que difiere de la tuya. Lo esencial es que cuando te leo entro en tu mundo, aunque lo haga a través de mi universo simbólico. Si hay una diferencia -enorme- entre tu poesía y la mala poesía, es que tus metáforas, tus palabras clave, son auténticas e intensas, y permiten a los demás hacerlas suyas al adentrarse en ellas, aunque sea complicado hallar el sentido final exacto que tu les diste -para ello tendría que conocerte, saber de tu vida y que fueras sincera conmigo-. Se han convertido en universales, y eso provoca ambigüedad. Tal vez el camino de la poesía sea acercarse lo más posible a lo universal desde las metáforas individuales (hacer una enorme depuración de lo particular sin que pierda su sentido o su originalidad, a cambio de lo inteligible).
Para mi, el símbolo de la huella no es una imagen que se refiera a seguir los pasos de los demás. Pienso que en la vida de todos hay huellas esenciales que nos indican la dirección, pero no nos dirigen siempre. Cada cartografía es un lugar que encontramos nosotros mismos, por intuición, errando, avanzando, siguiendo a menudo las huellas de gentes que valen la pena. Desde luego hay huellas que deberíamos borrar para que otros no las escogieran, pero me gusta observar las huellas de las personas que se empeñan en marcarlas con sinceridad, como me gustaría que algún día alguien comprobara las huellas auténticas y esenciales que yo deje a mi paso. ¿Qué es la historia de la literatura sino un pequeño viaje por las huellas de los otros para dejar en verdad unas pocas huellas originales de uno mismo?
Lo del hombre con los pájaros, he tratado de expresarlo en los últimos versos:
Ese hombre tiene el tiempo de los hombres en esos pájaros que tiran de él, está tan cerca de ello que ni siquiera se da cuenta de que, quizá, si alzara la cabeza y soltara al pájaro enjaulado, y se quitara el peso de su carga sería elevado por todos los pájaros libres que estiran de sus brazos. Esos pájaros alcanzarían la libertad de su vuelo salvaje, y él podría volar con ellos, seguirlos en su hermoso planeo por el cielo, o encontrar la verdad de todos los hombres de todos los tiempos, que no se puede explicar, pero es sencilla, hermosa, al alcance de cualquiera y casi siempre inaccesible.
No es un poema de amor o desamor, es un poema de volver a estar completamente vivos, algo que sucede poco, pero que, si estamos atentos, sucede, y hay que recordarlo, y pensar en los mecanismos que provocan esa sensación de plenitud para poder revivirlos, para encontrar el diseño de nuestros mapas y cartografías propias.
LLevo tiempo leyendo tu respuesta, me he sentido feliz al leerla, no, la felicidad ha venido por lo que ha sugerido o despertado en mí…
La fotografía me da miedo, un miedo interior que no sabría explicar…, que los pájaros puedan llevarte…aunque sea un símbolo, que estés como atado y a simple vista como una marioneta y que a la vez seas el «portador» de alguien o algo enjaulado que puede volar…, amo demasiado la libertad, por eso me asusta ver a ese hombre atado a merced de los pájaros.
La Literatura, las teorías sobre ella…, , están muy bien, a veces hasta incluso me gusta leer acerca de autores que me gustan…, pero ya lo he dejado y abandonado cerca del desaprendizaje
Tengo que volver a leer y releer tu comentario, por responderme más que nada.
He llegado aquí a través de Alfaro y ha sido todo un descubrimiento. Esa imagen me ha hipnotizado. Supongo, cómo le dices a Alfaro, que cada uno puede extraer de ella, y de la poesía, elementos simbólicos propios. Yo me he adentrado en los tuyos y ha sido un placer.
Tiempo vivo y tiempo perdido… Y luego, el ahora, que también podemos vivir o dejar que se escurra entre los dedos…
(* Bienvenida a Los perros de la lluvia, y más si llegas de la mano de Alfaro. Me alegra mucho que te haya gustado la imagen y el poema, que te hayas adentrado unos minutos en mi casa de palabras. He entrado en tu blog y me han encantado los textos que he leído, además me has robado algunas imágenes que yo iba a utilizar para próximos post, lo que significa que andamos por alguna onda estética común. Regresaré a tu luna de papel en cuanto pueda.
Un saludo
Versos del recuerdo, mirada hacia el pasado en el tiempo, pero con esperanza, sin sentiiento de pérdida. Un excelente poema cargado de fuerza evocadora. Enhorabuena por crearlo.
Un saludo
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Si una vez se estuvo completamente vivo, qué importa si hay que volver al tiempo perdido. Hay precios que se pagan muy altos… y se pagan con una sonrisa.
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¿Por qué siempre sigues huellas?
¿y las tuyas, las propias, las que uno hace?
y ese hombre llevado por los pájaros y que a su vez lleva un pájaro enjaulado…
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Alfaro, creo que lo bueno de la poesía es que los símbolos son de todos. Los tuyos son tuyos, pero me sirven a mí, aunque a veces yo no pueda verlos con el mismo sentido que tú les das. Lo importante es que tus imágenes se hagan mías, a pesar de que a veces les de una interpretación que difiere de la tuya. Lo esencial es que cuando te leo entro en tu mundo, aunque lo haga a través de mi universo simbólico. Si hay una diferencia -enorme- entre tu poesía y la mala poesía, es que tus metáforas, tus palabras clave, son auténticas e intensas, y permiten a los demás hacerlas suyas al adentrarse en ellas, aunque sea complicado hallar el sentido final exacto que tu les diste -para ello tendría que conocerte, saber de tu vida y que fueras sincera conmigo-. Se han convertido en universales, y eso provoca ambigüedad. Tal vez el camino de la poesía sea acercarse lo más posible a lo universal desde las metáforas individuales (hacer una enorme depuración de lo particular sin que pierda su sentido o su originalidad, a cambio de lo inteligible).
Para mi, el símbolo de la huella no es una imagen que se refiera a seguir los pasos de los demás. Pienso que en la vida de todos hay huellas esenciales que nos indican la dirección, pero no nos dirigen siempre. Cada cartografía es un lugar que encontramos nosotros mismos, por intuición, errando, avanzando, siguiendo a menudo las huellas de gentes que valen la pena. Desde luego hay huellas que deberíamos borrar para que otros no las escogieran, pero me gusta observar las huellas de las personas que se empeñan en marcarlas con sinceridad, como me gustaría que algún día alguien comprobara las huellas auténticas y esenciales que yo deje a mi paso. ¿Qué es la historia de la literatura sino un pequeño viaje por las huellas de los otros para dejar en verdad unas pocas huellas originales de uno mismo?
Lo del hombre con los pájaros, he tratado de expresarlo en los últimos versos:
Ese hombre tiene el tiempo de los hombres en esos pájaros que tiran de él, está tan cerca de ello que ni siquiera se da cuenta de que, quizá, si alzara la cabeza y soltara al pájaro enjaulado, y se quitara el peso de su carga sería elevado por todos los pájaros libres que estiran de sus brazos. Esos pájaros alcanzarían la libertad de su vuelo salvaje, y él podría volar con ellos, seguirlos en su hermoso planeo por el cielo, o encontrar la verdad de todos los hombres de todos los tiempos, que no se puede explicar, pero es sencilla, hermosa, al alcance de cualquiera y casi siempre inaccesible.
No es un poema de amor o desamor, es un poema de volver a estar completamente vivos, algo que sucede poco, pero que, si estamos atentos, sucede, y hay que recordarlo, y pensar en los mecanismos que provocan esa sensación de plenitud para poder revivirlos, para encontrar el diseño de nuestros mapas y cartografías propias.
Un besazo
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LLevo tiempo leyendo tu respuesta, me he sentido feliz al leerla, no, la felicidad ha venido por lo que ha sugerido o despertado en mí…
La fotografía me da miedo, un miedo interior que no sabría explicar…, que los pájaros puedan llevarte…aunque sea un símbolo, que estés como atado y a simple vista como una marioneta y que a la vez seas el «portador» de alguien o algo enjaulado que puede volar…, amo demasiado la libertad, por eso me asusta ver a ese hombre atado a merced de los pájaros.
La Literatura, las teorías sobre ella…, , están muy bien, a veces hasta incluso me gusta leer acerca de autores que me gustan…, pero ya lo he dejado y abandonado cerca del desaprendizaje
Tengo que volver a leer y releer tu comentario, por responderme más que nada.
Gracias, un beso.
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He llegado aquí a través de Alfaro y ha sido todo un descubrimiento. Esa imagen me ha hipnotizado. Supongo, cómo le dices a Alfaro, que cada uno puede extraer de ella, y de la poesía, elementos simbólicos propios. Yo me he adentrado en los tuyos y ha sido un placer.
Tiempo vivo y tiempo perdido… Y luego, el ahora, que también podemos vivir o dejar que se escurra entre los dedos…
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(* Bienvenida a Los perros de la lluvia, y más si llegas de la mano de Alfaro. Me alegra mucho que te haya gustado la imagen y el poema, que te hayas adentrado unos minutos en mi casa de palabras. He entrado en tu blog y me han encantado los textos que he leído, además me has robado algunas imágenes que yo iba a utilizar para próximos post, lo que significa que andamos por alguna onda estética común. Regresaré a tu luna de papel en cuanto pueda.
Un saludo
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