fin de año

Irvin Penn

FIN DE AÑO


Fin de año una vez más;

sonarán las campanadas de risa amarga,

el desterrado tiempo que celebra su adiós fingido, la uva en docenas

iluminada por el esplendor de las horas ganadas

a la oscuridad, anhelos de un mañana mejor o la posibilidad

adivinada entre el fragor del quizás y la esperanza,

tanta alegría efímera…

…y es posible  que entre el júbilo y el humeante barrunto

se atisben unos ojos familiares,

fugaz lámina en el cielo oscurecido,

una voz que acaricia la memoria y eriza

el vello del olvido…

…también la mirada de esos hombres cayendo

como mantos de celo sobre tu recuerdo,

sus sueños perdidos en la ebriedad de este trópico helado;

tú disfrazada y torpe, hermosa de signos fríos,

traje negro, quien sabe si desnuda la espalda

o rotunda la figura enlazada de tela; te veo

bajo esas providencias, acaso en la ebriedad de los timbales

y las danzas, en la risa que se deshace ante mis ojos;

y acude el champán entre las burbujas del duelo,

tu vida quieta, impávida en este dos mil diez de niebla.

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Estarás espléndida en ese desfile, figura de ébano,

suave desdén por lo ya poseído,

diosa libre, extraña en un paisaje de cadenas fosforescentes,

y te mirarán, seguro que te observarán en el despliegue

de venus, en el paso acalorado

por la bruma y el consuelo,

en la suave cadencia del amanecer soñado.

Anhelarán tu libertad extrema, tu espejo idealizado en la noche

más larga del año.


Quizás te hayan amado frente al fulgor de una chimenea, a pausas,

invierno en esos lugares que no me pertenecen,

donde existe el invierno, no como en estas tierras

de luz cálida donde sopla apenas el aire tibio;

una brisa extraña, cadencia de espejos y reflejos azulados,

de música en sordina hecha para tu estrella.

———————————————————————-

Te habrán amado y duele.

.

Saberte amada en ese instante me duele

quizá más que tu olvido.

Tu felicidad me reconforta en los finales,

provoca que la vida sea justa;

pero ese amor, ese amor cadencioso,

obsceno y secreto,

ese amor al que te arrogas sublime en nocheviejas de nieve,

ese hibernar fugazmente en tu lecho entibiado

por un cuerpo que no fui yo, que no seré yo,

eso duele:


por la tangencia sagrada,

por la imposible consciencia de la ubicuidad,

no poder ser y estar en todos tus tiempos

mientras se transforma incendiada el alma,

a la vez, o en tres lugares como una trinidad bíblica…

…no aspirar a ese efluvio de tu cuerpo ebrio y desnudo,

a esa perfección de tus caderas dispuestas al goce,

a la rara altivez de tu placer inasible.

————————————————————————

Esta noche echaré de menos tu sombra,

cuando a solas sobrevuele

el aire o azote la invisible presencia de todas estas ausencias.

.

Aunque nunca vivimos nocheviejas

como las que imaginamos.

.

Nada de eso fue.

.

Sucedió a lo sumo un gesto, un espejismo,

un pequeño y alado sueño esparcido

en nuestras eternas tardes de primavera antiguas.

Nunca estuve, nunca estaré…

… me duele que te entreguen el amor con velas derramadas,

con el hielo tintineando y la alegría de la voracidad

encendiendo las luces del deseo,

me duele como el mundo desbocado que yerra o como

el trote incontrolable de esos caballos

atormentados huyendo por las laderas de fuego;

como el humo que aspiran los pájaros que ya no vuelan…

.

Duele porque yo no puedo hacerlo.

.

Pena que te deseen, que te devoren los faunos velludos

en la soledad de los hoteles alumbrados de guirnaldas,

que digan te quiero toda una vida  y luego te posean en el silencio del éxtasis

sin mas recompensa que el ligero goce, que la caricia

de una brisa enfurecida soplando unas velas rotas:

amaneceres que ya nunca serán míos y jamás comprenderé.

—————————————————————————-

Fin de año, una vez más,

y habrás paseado por tu propia historia en los cálidos

atardeceres de verano, en los arrebatos de cielo y Circe,

y ese esplendor de lo fugaz y lo eterno conviniendo,

la memoria de piedra grabada en la hoguera de la noche,

seguro el alcohol bendito entre tus dedos, la risa

y un beso de agua en tus ojos como un presagio,

ebria de lisonjas y ávidas caricias.

.

O quizá ese hombre que te ama te cogió de la mano,

tan tierno, tan verdadero, y lo celebro en su ternura:

pero no al otro, al que posee tu desnudez y el delirio,

el que sólo será la bestia que engulla,

el que aproveche la sensualidad que gocé mil veces

y el fragor de aquellas nubes que nos elevaban

entre el sudor y la saliva, evaporación térmica

en su ciclo nebuloso, atmósfera henchida de lluvia,

tierno diluvio del placer alcanzado

en la menstruación de las alucinaciones húmedas

y la eyaculación de las sinfonías interpretadas

con la ferocidad del deseo.

—————————————————————

Lo único que sé, es que pensarás en mi aunque ya no me ames.

.

Así será.

.

Que para ser la estrella que refulge cuando el deseo

te acoja, cuando te derrames como una ninfa

anhelando su pliegue, cuando no tengas nombre

ni palabras, o seas ese gruñido que recogí

tantas veces en madrugadas de insomnio,

tendrás la imagen del amor y la piel,

la electricidad de tu risa entre las sombras

sobre mi risa que besa tu corazón de espinas,

tu rosa perdida entre los estruendos

de la carne sangrante que corté con los dientes,

que nos dejamos olvidada como esteras en el pasillo,

como hojas rotas en un jardín de otoño sin brío

que cesó su cultivo al llegar el alba helada.

.

Pensarás en mí si te aman de ese modo.

.

Si te aman sin respiración, con el ladrido enfurecido,

si alguien pretende alcanzar tu interior

con la llama dispuesta para besar tu rabia.

Así será esta noche si te aman con la determinación de lo que concluye

a pesar de nacer de la chispa de la creación,

lienzo blanco, hoja vacía en el silencio,

la sensación de que nada seguirá mañana

y será eterno en la aspereza diaria.

————————————————————–

Así nos amamos: jamás un fin de año.

.

Pero quizá sabíamos eso para amarnos para siempre,

todos los fin de año en que nos amen hasta el alba,

cenicientas sin zapato arrastradas por la luz,

perros encendidos bajo la tormenta, protegidos

por el calor del cuerpo y el relato de la Odisea,

mojados como labios jamás besados que anhelan la fugacidad

de ser adorados sin razón; sagrados, sagrados ecos,

ciego te contemplo ahora…

———————————————————–

Que no te amen como el cielo derrumbándose,

como la arena huyendo de los dedos o las mareas

alcanzando la retirada,

en la aurora de las veredas ardientes del hechizo,

que no sea en aquel vaivén nocturno y secreto,

en nuestra fatiga y el insomnio de tantas madrugadas entumecidas,

ni en ese delirio perturbado de sentidos.

.

Que no sean como nosotros, que no te alcancen como esos rayos

desprendidos del firmamento, caídos de tiempo y tristeza,

que no sean imposibles quimeras, huellas,

huella de fin de año entre las sombras,

huella de ti rodeada de todas las despedidas,

del anhelo indecente de no haber sido a tu lado otra cosa

posible que deseo, deseo, traza del cuerpo en la sábana,

transpiración esparcida de dicha en la penumbra de los crepúsculos

que nos sirvieron de guarida herida, para no decir

a gritos que nunca tendremos un mañana….

————————————————————-


Copyright Jimarino

10 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Carmen dice:

    Poema grande y gran amor!

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    1. jimarino dice:

      Merci, Carmen. Por lo menos un poema largo tiempo rondando, esperando surgir, y quizá demasiados meses construyéndose. Lo de gran amor, no lo sé. Quizá más gran deseo y sus circunstancias emocionales.
      Un beso muy fuerte

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  2. SilviaM dice:

    Es el poema de desamor más hermoso que he leído en mi vida, y a la vez un poema de amor tan brillante como auténtico y emotivo, con la medida justa de lirismo, perfecto como un reloj suizo o un metro de platino. Acostumbrada a los malos poemas, caer aquí me permite de nuevo irradiar una esperanza. El retrato de los finales de año, la añoranza y la falsa alegría de esa noche, el tiempo que pasa y los rastros del amor y el desamor que nos llenan de heridas…
    Has conseguido que me estremezca de arriba a abajo, quizá porque nunca leí -ni oí- en boca de un hombre algo tan sincero y preciso (¿Eres un hombre? ¿no?)
    Enhorabuena por el blog que ojearé con más atención y sobre todo estos versos que siento como si hubieran sido un regalo para mí.

    Hasta pronto.

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    1. jimarino dice:

      Silvia, Muchas gracias por el comentario, demasiado generoso tal vez. Me siento feliz que te haya servido como regalo, seguramente viven en ti nocheviejas de anhelo, alguien que sabes pensará en ti brindando con el champán. Espero volver a saber de ti en Los perros de la lluvia.
      Un saludo.

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  3. Zaxanaercis dice:

    Fin de año, «el champán entre las burbujas del duelo»,
    noche de luces y de uvas, pero fin, al cabo.
    Ella resplandeciente, ceñida de negro la perfección
    de sus caderas, deslumbrante su espléndida espalda.
    Pero fin, al cabo. Fin del amor tatuado de desamor.
    Pero el amor no se resiste a la pérdida de la huella
    en la piel de aquello que fue posible en las cálidas
    primaveras. Esa extrañeza, ya presentida de la ausencia
    del otro… Fin de año, noche efímera como el amor,
    los recuerdos que aparecen envueltos en despedida,
    el dolor «porque yo no puedo hacerlo»…La irremediable
    desesperanza a pesar del quizás, que dice a gritos que
    ya no habrá mañana.

    Una maravilla. Sobrio, sin almíbar, con unas palabras,
    unas imágenes, un juego de pura literatura que se clava
    como un estilete. Sin almíbar innecesario. Con una explosión
    de calor, de fuego, que llega a quemar. Un poema para la
    Historia. Yo sí que puedo decir que me inclino ante la
    excelencia.

    Muchos besos.

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    1. jimarino dice:

      Querida Zaxanercis,
      Aún me siento torpe por la confusión en tu último poema, aunque de alguna forma lo intuía, no sé porque te hablé de alguien si en realidad era algo. Disculpas, torpeza de estos días algo griposo, débil y apagado.
      Tu comentario vuelve a ser generoso, mucho, como siempre. Hay algo cierto, algo que si has percibido, y es que quizá no sea un poema de amor, sino un poema de desamor, o de «desdeseo». He pasado cinco o tal vez seis años tratando de escribir estos versos. Primero en el silencio de no saber hacerlo, de sentir simplemente la emoción y tratar de hallar las palabras. Después surgió como un torrente este fin de año, de madrugada, a solas quizá algo ebrio y algo perdido. Luego me peleé durante días con cada palabra, cada frase, temiendo que lejos de ser una reflexión sobre el deseo, el poema tuviera aire de ser sentimental. Me gusta esa falta de almíbar que apuntas porque detesto los poemas sentimentales, y este no lo es, aunque a alguien pueda parecérselo en una lectura superficial. Por eso tus comentarios lo enriquecen, lo definen. Una vez en mi vida me hubiera gustado ser capar de vivir dos existencia a la vez, poder desdoblarme porque todos los caminos eran ciertos y posibles. Quizá al final sólo sea un poema sobre la ausencia del deseo y la huella que deja imperecedera en el alma haberlo tenido a manos llenas. También el modo en que acumulamos trastos polvorientos en el alma y seguimos alzando la cabeza, creyendo que al cruzar la frontera del año nuevo todo será distinto. Me siento bien pensando que estoy vivo, y tú sabes, o al menos es lo que creo, de qué hablo. Vivo para recordar que fuimos otros para ser lo que somos, que tenemos arrugas, heridas, abismos, sueños y esperanzas guardadas; que somos seres humanos, que a veces unas palabras hace nacer la chispa del sentido, aunque sea un instante antes de que la vida nos arrastre, un segundo en medio del caos que ilumina la negrura, un puñado de versos que serán la metáfora, la verdad anhelada. Me alegro mucho que te haya gustado. Quizá es un poema que me hace frágil, demasiado fragil.
      Un beso muy fuerte.

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  4. Olga dice:

    He leído uno a uno tus versos. Uno a uno los he masticado sin la rima que no tienen y que apelmaza a menudo la poesía. He recorrido el poema sin aliento sin voracidad pero sin descanso. He sentido cada uno de los azotes del alma. Que también la he sentido mía. He vivido este poema, también. En mis entresijos en mis arruguitas en mis capas. Solo quiero enviarte estas palabras para que sepas que te leído y tengo todavía tu aliento en tus sílabas.Un beso fuerte.
    Olga
    Hace algun tiempo (corto) que me asomo a tu blog. Gracias por escribirte. Seguiré ahí.

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    1. jimarino dice:

      Gracias por escribir el comentario Olga, porque tu aliento en sus versos acompaña el poema, y al releerlo he sentido tu hermosa lectura. Que lo hayas vivido me hace pensar que alguna de las emociones que provocaron su escritura han logrado traspasar mi propia identidad, quizá lo más dificil. ES un texto que me costó arrancarme del alma tres años, que fui componiendo entre otros muchos escritos sin encontrar jamás el modo de hacerlo, sin lograr alcanzar una forma estética que me satisfaciera. Después de releer a T.S Elliot, las obras escogidas editadas en Alianza, y salvando las enormes distancias que me empequeñecen respecto al monstruo del siglo XX de la poesía inglesa, tuve la sensación que debía ser un poema largo, quizá narrativo, sin métrica rígida, con una música propia que surgiera como la bruma de una ebriedad. Quizá de ahí el aparente lirismo que posee, ese que una vez colgado me avergonzó, más bien por pudor emocional que por su estructura y su composición, que siguen en mí sólidos después de tantos años dándole vueltas. Aunque no es un poema lírico, te lo aseguro, sino más bien amargo, pensado más que sentido. De alguna forma me he librado de algo que no puede morir, y todos los fines de año estoy seguro de que me acudirá la curiosidad malsana de releerlo para saber quien soy, qué hice, donde se perdió algo que no podré recuperar jamás. Quizá sea el texto literario más cercano a mi vida de cuantos he escrito por muchas razones. Que lo compartas me llena de dicha.
      Espero seguir notando tu aliento entre Los Perros de la lluvia. Será un honor y un acicate.
      Un abrazo.

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  5. Nacho dice:

    Un poema muy bonito, Nacho. Y un comentario muy revelador… Lo de gran amor, no lo sé. Quizá más gran deseo y sus circunstancias emocionales.

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    1. jimarino dice:

      Querido Nacho;

      te ha delatado lo del correo, espero que no leas estas cosas en horas de trabajo… es una broma, compadre. La frase que escribí en respuesta a uno de los comentarios y que transcribes fue la más acertada sobre el poema. Aún así ¿qué insistente y poderoso es el deseo para ser confundido hasta con el amor, para arrastrarlo incluso, y grabarse en la memoria humana como lo mejor vivido? Tres años para escribir Fin de año y no superar nada. Que le vamos a hacer, así es la vida.
      Un beso muy fuerte y hasta pronto…

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