kenzaburo oé (Una cuestión personal)

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He mencionado ese libro, Una cuestión personal, no porque sea el mejor del autor, sino porque fue el primero que leí de Kenzaburo hace ya más de quince años. A este escritor le debo un par de cosas importantes, y llevo unos cuantos años preparando un viaje a Japón en el que, si nada serio me lo impide, espero conocerle y presentarle mis más sinceros respetos. Estoy en deuda con él porque Una cuestión personal es una de esas novelas inolvidables y extraordinarias cuyo sentido cobra forma al vivir. La historia es en apariencia sencilla; Bird, el protagonista, deja pasar su existencia sin más objetivo que esa lejana idea de marcharse a África. Es un mediocre profesor que oscila entre el amor cortés y formal de su mujer -un amor carente de pasión-, embarazada de un niño ( un símbolo del final de su sueño, de su renuncia absoluta a África y quizá, secundariamente, a su juvenud) y su amante, Himiko, una mujer extraña, apasionada, obscena y desequilibrada. Kenzaburo Oé leyó a conciencia a los existencialistas franceses, y como Camus en la Peste , encontró la respuesta al absurdo en el compromiso ( un compromiso que su hijo -con problemas mentales- y la vida, alargaron hasta ahora, pues todavía sigue vivo). África, o más bien su obsesión, se convierte en una imágen de lo que no se puede alcanzar, un escudo para justificar la vacuidad de su existencia. Bird bordea el abismo en cada encuentro con Himiko, se emborracha hasta perder el conocimiento, vive un sexo enfermizo y obsceno que inunda con su sexualidad bestial -tan japonesa- toda la novela. Es un libro de alto contenido erótico, lleno de una visión descarnada del erotismo, tan distinta como morbosa, que produce a veces escalofríos, otras un auténtico deseo de vivir cuanto sucede. Sin duda alguna, a parte de disfrutar con una novela vertiginosa e intensa, aprendí muchas cosas con Una cuestión personal, pero cada uno obtiene de los libros lo que quiere o lo que puede, y esta es una de esas obras que permiten múltiples lecturas, incluso interpretaciones distintas. Disfrútenla ustedes de la manera que quieran, pero sin duda encontrarán una literatura diferente, una visión del mundo tan personal y verdadera que les deslumbrará. Gracias a Kenzaburo descubrí además la literatura japonesa del siglo XIX y XX; una de las mejores (por número de escritores sobresalientes y por sus magníficas obras) del mundo.

En la última entrevista que leí del escritor, Premio Nobel de literatura, me fascinaron muchas de sus palabras y vaticinios. Pienso que es un anciano sabio que ha alcanzado cierta paz sencilla. Dijo al periodista que su último sueño era dejar a la juventud una novela optimista, llena de esperanza. Ojalá tarde en llegar ese último texto. Mientras tanto, siempre nos quedará Japón…

Merci… Monsieur Kenzaburo.

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Extracto de Una cuestión personal

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» Lentamente, Bird se quitó su sudorosa ropa y se recostó sobre la gastada cobija. Apuntalando su cabeza sobre sus dos puños miró con los ojos entrecerrados la panza sobre su vientre y su blancuzco e insuficientemente erecto pene. Himiko, con la puerta de vidrio del baño abierta de par en par, se reclinó de espaldas sobre el escusado, abrió de par en par sus muslos y bañó sus genitales con agua de un gran cántaro que sostenía en una mano. Bird la miró desde la cama un rato y supuso que esta era una sabiduría obtenida por relaciones sexuales con extranjeros. Luego volvió a mirar con calma su propia barriga y pene, y esperó.
(…)
Respirando fuerte, saludablemente, Himiko miró hacia abajo a Bird y siguió secándose los costados y el pecho entre sus senos. Parecía estar especulando sobre el significado oculto en las palabras de Bird. El olor de su cuerpo hacía venir recuerdos agudos de veranos universitarios y Bird aguantó la respiración; la piel tostándose en el sol. Himiko arrugó su nariz como un cachorro de spaniel y rió con una carcajada simple y seca. Bird se puso escarlata. «

Biografía
Kenzaburo Oé nació el 31 de enero de 1935 en la ciudad de Ose, en Japón. Allí vivió su niñez, en medio de la II Guerra Mundial.
De 1954 a 1958 estudió en la Universidad de Tokio literatura francesa, graduándose con una tesis sobre Jean Paul Sartre. En 1958 recibió el premio Akutagawa por su narración La presa.
Desde la aparición de sus primeros cuentos en la década del sesenta, este escritor y ensayista ha ocupado un lugar esencial en la literatura japonesa de la posguerra.
En 1963 nació su hijo Hikari (Luz), retrasado mental, quien lo inspiró en varias de sus obras. Este mismo año viajó a Hiroshima para conocer los efectos de la bomba atómica de 1945 y entrevistar a los sobrevivientes heridos por las bombas.
Formado en la tradición francesa, profesor en el Colegio de México durante la década de los setenta, conocedor de la literatura hispanoamericana, Oé alcanzó notoriedad en Occidente a partir de los años ochenta con La presa (1958); Una cuestión personal (1964) y El grito silencioso (1967).
Su obra es, al mismo tiempo, un retrato del Japón de la posguerra y de sus infiernos personales, en la cual aparecen personajes cautivos, siempre al borde de lo autobiográfico. Una muestra de su mundo atormentado es Dinos cómo sobrevivir a nuestra locura (1969).
Seguidor de Dante, Erasmo y Rabelais, entusiasta lector del Quijote, Oé manifestó siempre su adhesión al personaje de Sancho Panza. Defendió la necesidad de refundar el humanismo y se reconoció a sí mismo como un pesimista.
Otras de sus obras son: Las aguas han inundado mi alma (1973), Juegos contemporáneos (1979) y la novela de ciencia ficción La torre del tratamiento (1990).
En 1994 recibió el Premio Nóbel de Literatura, siendo el segundo escritor japonés en recibirlo, tras Yasunari Kawabata.

Bibliografía
* La presa (Shiiku) (1957)
* Arrancad las semillas, fusilad a los niños (1958) Traducción del japonés de Miguel Wandenbergh.
* Una cuestión personal (個人的な体験, Kojinteki na taiken, 1964)
* El grito silencioso (1967) Traducción del japonés de Miguel Wandenbergh, finalista del Premio Noma a la mejor traducción de literatura japonesa a otro idioma (1995).
* Dinos cómo sobrevivir a nuestra locura (1969)
* Las aguas han invadido mi alma
* Juegos contemporáneos (1979)
* La torre de tratamiento (1990)
* Salto mortal (宙返り Chūgaeri) (1999)
* Cartas a los años de nostalgia (1997), traducción del japonés de Miguel Wandenbergh.

*M/T y la historia de las maravillas del bosque. (2007)

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7 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Fernando dice:

    Es en definitiva un gran escritor. Uno de los más grandes actualmente. Deberíamos reconocerlo más por estas partes :S

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    1. jimarino dice:

      Completamente de acuerdo. Uno de los premios nobel mejor concedidos de la historia, no sólo por la calidad de su obra, sino por abrir la literatura japonesas a formas narrativas occidentales (Kenzaburo fue un gran especialista en la literatura exstencialista francesa, y además vivió en México un tiempo, dond efrecuento a escritores de habla hispana). Hay algo en él que está lleno de humanidad, ni siquiera la crueldad de Una cuestión personal logra borrar su profundo y lúcido humanismo. Una anécdota, en su última entrevista, desveló que ya no le quedaban mucha snovelas para escribir, pero deseaba dejar una que hiciera felices a los lectores; «una luz en un mundo oscuro». Kenzaburo Oé en estado puro. Me alegro que te gusten sus texto.

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      1. Tono dice:

        Estoy en las primeras páginas de Una cuestión personal. Tenía ganas de leer algo de Oe. Espero que me guste. Ya os cuento…

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      2. jimarino dice:

        Quien pudiera leerlo con esos primeros ojos. Es una obra maestra se mire por donde se mire. Es interesante compararlo con la literatura de Camus.
        Un saludo

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  2. josé rodriguez (uruguay) dice:

    Hoy (5/11/2009) entré a la novela Una cuestión personal, pensando que le dedicaría unos dos o tres días (como es mi costumbre),pero… no pude abandonarla. La leí en un poco más de cuatro horas. Me atrapó.

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    1. jimarino dice:

      Una cuestión personal es un libro extraordinario. Tiene además virtudes secretas escondidas, que van más allá del indiscutible valor literario del texto. Que lo hayas leído en cuatro horas significa que en tu alma ese caos, esa violencia y la desesperación del protagonista, viven en ti, síntoma inequívoco de humanidad, de lucidez, de estar vivo. Lo maravilloso del libro es que entronca extraordinariamente bien con La peste y El extranjero de Albert Camus. Oe fue traductor y lector académico de los existencialistas franceses. También estuvo en Mexico, y al menos puede utilizar unas cantas palabras en castellano. Un cuestión personal es un canto al compromiso humano, un soplo de aire que sin darnos cuenta resuelve la instisfacción del personaje e ilumina por añadidura la nuestra. Celebro que la novela siga viva, es un motivo de esperanza…
      Un saludo

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  3. Luz Maria dice:

    Me fue asignado por mi profesor de Literatura Contemporanea. Tengo mucha expectativa por los comentarios que ya lei. Luego les comentare mis impresiones. Pinta muy bien.

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